Ópera romántica en dos actos (1828) (Revisión de Hans Pfitzner) Libreto de Wilhelm August Wohlbrück sobre el relato de John
Polidori (1819) Versión española de Ángel-Fernando Mayo Antoñanzas ,
Personajes Sir Humphrey Davenaut bajo Malwina, su hija soprano Edgar Aubry, pariente de los Davenaut tenor Lord Ruthven barítono Sir Berkley bajo Janthe, su hija soprano George Tibbins, sirviente de los Davenaut tenor John Perth papel hablado Emmy, su hija y novia de Tibbins soprano Robert Green tenor James Gadshill tenor Richard Scrop bajo Toms Blunt bajo Suse, la mujer de Blunt mezzosoprano Un sirviente de El jefe de los vampiros papel hablado Coro de Brujas y Espíritus. Lugar de la acción: Escocia, siglo XVII
Primer Cuadro Despoblado, en un lateral una cueva. En el foro, una
elevación. Nº 1. Introducción Coro de Brujas y Espíritus ¡Vosotros, brujas y espíritus, estrechad alegres las filas, pronto nuestro maestro estará aquí entre nosotros! A causa de horribles actos criminales, esta tierra, aquí, hízose maldita; por eso es buscada por nosotros, para que en ella deliberemos. Lucífugos, a medianoche, cuando velan sólo el miedo y la maldad, nos deslizamos, a la luz de la luna, dentro Serpientes, culebras oigo silbar, en medio llamea alegre el fuego fatuo; ¡salamandras, sapos, gatos negros, duendes, brujas, ratas venid y estrechad las animosas filas! ¡Lechuzas y buhos, debéis gritar: uh, uh, uh! ¡Uh, uh, uh! (entra el jefe de los vampiros, llevando de la mano a Lord
Ruthven. La luna se oscurece) ¡Allí llega el maestro al pálido brillo de fuego! El jefe de los vampiros Melodrama Éste aquí, que ya ha caído a nuestro servicio, desea todavía un corto plazo para palpitar entre los hombres libres. Su petición sea concedida, si hasta la media noche próxima nos ha traído tres víctimas: ¡por tres novias, tiernas y puras, debe serle concedido un año al vampiro! Ruthven ¡Por la fuerza primigenia de todo el Mal, os juro cumplir mi palabra! ¡Mas huya esta asamblea, pues una de las víctimas llegará pronto! (el jefe de los vampiros desaparece, la luna brilla de
nuevo) Coro de Espíritus ¡Quedo, quedo, a la luz de la luna, chitón, a la tierra, chitón! Mil grietas, mil hendiduras nos sirven de aposento. Alojémosnos abajo, incubando, hasta que resuene la media noche. ¡Quedo, quedo, a la luz de la luna, a la tierra, chitón, adentro! (suena la una. Los espíritus se desvanecen. Ruthven solo) Nº 2. Recitativo y aria Rutven ¡Ah! ¡Aún un día entero! ¡Demasiado largo es este tiempo! Dos víctimas me están ya consagradas, y la tercera… la tercera se hallará fácilmente. ¡Ah, qué placer, de dos bellos ojos, en el pecho floreciente, de nueva vida en delicioso estremecerse, sorber dentro con un beso! ¡Ah, qué placer, en amoroso acariciar, con ánimo concupiscente, la más dulce sangre, de dos labios purpúreos, beber gulusmero!… ¡Y cuando se apaga la ardiente sed, y cuando la sangre le mana al corazón, y cuando ellas gimen llenas de espanto, ja, ja, qué deleite!… Con nuevo valor me inspira su sangre; ¡su estremecimiento mortal es fresca vida! ¡Pobre amada, pálida te hará bien el dolor en el corazón! ¡Ay, antaño sentí yo mismo los dolores de la angustia de ella en el cálido corazón, que el Cielo hizo sensible! ¡No me advirtáis en estos tonos, que escarnecen con descaro al cielo. ¡Yo entiendo vuestra llamada! ¡Ah, qué placer, de dos bellos ojos, en el pecho floreciente, nueva vida, en delicioso estremecerse, sorber dentro con un beso! ¡Ah, qué placer, en amoroso acariciar, con ánimo concupiscente, la más dulce sangre, de dos labios purpúreos, beber gulusmero! ¡Y cuando se apaga la ardiente sed, y cuando la sangre le mana al corazón, y cuando ellas gimen llenas de espanto, qué deleite, qué deleite, qué placer! Diálogo(*) (Janthe entra por la derecha y corre a los brazos de
Ruthven) Ruthven ¡Te veo al fin, mi dulce Janthe! Janthe (cae en los brazos de él) Pude abandonar la casa sólo después de medianoche. Ruthven ¡Oh, así, ya apremiaba! Mañana hubieras estado eternamente perdida para mí. ¡Tú, la novia de otro! Janthe ¡Ay, pude dejar en secreto a mi padre! ¡Con lágrimas buscará él a su niña… y no la encontrará! (se vuelve, llorando) Nº 3. Dueto (**) Janthe Única alegría de mis queridos padres, les pago con acerbos sufrimientos el dulce deber de honrarlos. ¡Ay, tengo que contristarles, pues me fuerza a amarte lo que la razón dice en contra! Ruthven Siente en el palpitar de mi corazón, más de lo que soy capaz de decir, que soy eternamente tuyo; jamás te haré sufrir, eternamente, amarte eternamente te juro con pensamiento fiel. Janthe ¡Así eres, caro, mío para siempre y eternamente, caro, soy yo tuya! ¡Ay, el amor, sólo hace dichoso el amor, mi vida te consagro a ti solo! Ruthven ¡Sí, cara, tuyo soy para siempre, y eternamente, cara, eres tú mía! ¡Ay, el amor, sólo hace dichoso el amor, mi vida te consagro a ti sola! Janthe Cuando te acercaste a mí la primera vez, retrocedí estremecida de horror. Ruthven Sé bien, amada, que lo hiciste, pero ahora me sonríe tu mirada. Janthe Mas me arrastró después algo hacia ti… Ruthven Nuestros corazones, que se encontraron, son la magia, créeme… Janthe Sí, sigo el impulso interior, sigo a mi corazón. ¡Eternamente, eternamente es él mío! El amor ríe en sus ojos; ¡oh, cuán dichosa seré! Ruthven ¡Ah, hay temor en su corazón, pobre muchacha, me das pena! ¡Mas, victoria! ¡Ahora es ella mía, y beber su dulce sangre, qué gozo será! (Ruthven y Janthe escapan hacia la cueva al oír la primera
llamada de trompa.- Vienen cazadores, criados y campesinos) Nº 4. ¿Dónde puede estar ella?… ¿Dónde puede estar ella? Con la luz de las antorchas registrad el bosque, despertad al eco, para que mil veces, con el sonido de los cuernos, dondequiera resuene la llamada: ¡Janthe! ¡Janthe! ¡Janthe! (viene sir ¡Ay, niña mía! ¿Por qué despoblado vagará? De noche, tarde, la echo a faltar en casa. Seguramente la han raptado bandidos. A quien descubra su rastro, os lo juro, le dará la cálida gratitud de un padre y una gran recompensa. (mirando alrededor) Mas, ay, ¿en qué lugar penetramos? Aquí moran malos espíritus desde hace siglos, el pueblo lo llama la Cueva del Vampiro. ¡Ay! ¡La Cueva del Vampiro! ¡Rápido, afuera, con paso leve! ¡Pobre padre! ¡Pobre padre! ¡Sólo afuera, rápido, con paso leve! Voz de Janthe (fuera de la escena) ¡Ay de mí! ¡Ay de mí! Ruthven ¡Ah! ¡Ah! ¡Qué grito! ¡Viene de allí! Janthe ( ¡Ay! ¡Esa era la voz de mi niña, salvadme su querida vida! (los cazadores y los criados corren a la caverna con las
antorchas) ¡Ay de mí! ¡Mis fuerzas desaparecen! Temor y alegría me hacen estremecerme; ¿cómo volveré a encontrarla? (se recupera y quiere ir a la cueva; allí vienen a su
encuentro algunos criados y Ruthven) Atrevido ladrón de mi niña, toma aquí el pago de tus actos. (clava su espada en el pecho de Ruthven, que cae al suelo) Ruthven ¡Ah! (en la cueva) ¡Está muerta! ¿Cómo? ¿Mi niña, asesinada? ¡Mi niña, asesinada! (quiere ir a la cueva; los cazadores y los criados corren a
su encuentro) Un criado ¡Pobre padre! ¡Ay! ¡Horror! El pecho y la nuca de tu hija están llenos de sangre. ¡Señales de dientes venenosos revelan lo espantoso! ¡Convirtióse en la víctima Todos ¡Un vampiro! ¡Un vampiro! ¡Ay! ¡Un vampiro! (todos se precipitan fuera. Ruthven permanece solo) Ruthven (incorporándose fatigosamente) ¡Ay de mí! ¡Mis fuerzas ceden! Ocioso se extinguirá el tiempo, si no puedo alcanzar la altura, para allí, moribundo, absorber con los ojos rayos de luna, que me den nuevas fuerzas para la vida. ¡Terrible! ¡Juez Supremo! ¡Todo, todo yermo y vacío, silencio horrible alrededor! ¡Sólo he de oír la risa burlona (aparece Aubry, vagando extraviado) Aubry (hablado) ¿No hay, pues, manera de encontrar una salida? Aquí hay un sitio libre, ¿pero hacia qué lado me volveré ahora? Calla, allí… allí se mueve algo. (la música concluye) Diálogo (*) ¡Dichoso yo! ¡Oigo una voz humana! Quien quiera que seas… Aubry ¡Ah, un herido yace en el suelo! Ruthven Quien quiera que seas, ten compasión… Aubry ¿Qué voz? ¡Qué veo! ¡Si no me engaña el pálido brillo de la luna, tú eres, pues, Ruthven! Ruthven Aubry, ¿eres tú? Mi ángel te envía; fui abatido aquí por bandidos. Aubry ¡Dios! Caro amigo, ¿qué puedo hacer por ti? ¿Es mortal tu herida? ¿Puedo salvarte? Ruthven No, la ayuda humana llega demasiado tarde… y sin embargo -Aubry, si alguna vez fui tu amigo… préstame un servicio importante. Aubry ¡Oh, habla! ¿Qué puedo hacer por ti? Fuiste antaño ¡Oh, que yo pudiera corresponderte, que yo pudiera sacrificar mi vida por la tuya! Ruthven Por mi vida no hay nada más que hacer; pero… Aubry… te ruego… Aubry ¡No titubees en expresarlo! ¿Qué es? ¿Debo vengar tu muerte? ¿Has reconocido a aquellos bandidos? Ruthven ¡No, no es esto lo que deseo de ti! ¡Oh! Aubry Así, habla pues. ¿Qué es? ¿Qué puedo hacer por ti? Qué extraña inquietud en todo tu ser… ¿Vive alguien por quien estás preocupado? ¿Oprime tu conciencia alguna culpa grave? Habla, ¿qué es? Ruthven Nada de todo eso… Sólo te ruego… Aubry… llévame arriba a aquellas peñas (le indica el lugar pedregoso sobre la cueva) y coloca mi cara así… de manera que los rayos de la luna me penetren en los ojos. Aubry Extraño… ¿y qué será? ¡Ah, qué sospecha! Se dice que aquellas terribles criaturas… Ruthven ¡Calla! ¡Cumple mi ruego! Aubry ¿Fuera así verdad lo que se me dijo en Londres? ¡Terrible! Tú serías un vam… Ruthven ¡Deténte! ¡Desdichado, no acabes! En aquella hora, cuando salvé tu vida, prometiste hacer por mí lo que yo exigiera de ti. Bien, satisfaz ahora lo que te pedí, y júrame antes callar todo lo que tú sabes de mí o lo que quieras saber o tan sólo sospechar. (Aubry titubea) Ruthven (aparte) Sólo veinticuatro horas. Aubry ¡Ruthven! Ruthven ¡Jura! ¡Jura por todo lo que te es sagrado, por la salvación de tu Aubry Fuiste el ¡De acuerdo, juro! Ruthven ¡Y maldito seas en el abismo del Infierno, todo el castigo pese diez veces sobre tu si rompes el juramento! ¡Maldito seas tú y quien te esté allegado! ¡Maldito sea lo que amas y lo que te ama a ti! ¡Júralo! Aubry ¡Juro! ¡Horror! Nº 5. Melodrama (sostenuto, quasi andante con moto) Ruthven ¡Ah!… Así… ahora aguardaré tranquilo mi destino… Guíame arriba… (se levanta fatigosamente con la ayuda de Aubry, quien guía
lentamente a Ruthven hasta el lugar pedregoso sobre la cueva, le ayuda a
tenderse, y en verdad de manera que los rayos de la luna caigan sobre el rostro
de Ruthven; después, escapa horrorizado hacia la izquierda.- Los rasgos de
Ruthven empiezan a moverse; al fin se levanta, reanimado por el influjo de los
rayos lunares) Segundo cuadro Nº 6.Escena y Aria Una sala en el castillo Malwina Claro ríe sobre la campiña reanimada, ornada de colores. ¡Ay, todo lo que veo es sólo el reflejo de la felicidad inimaginada de mi corazón! (llena de sentimiento alegre, pero sin pasión) ¡La campiña con ropaje de fiesta, el árbol con vestido de flores fragante, el y jubiloso apremia hacia el cielo, ay, todo exulta y comparte mi dicha! ¡Hoy se agita en mí arriba y abajo, "hoy" vuelve a sonar desde fuera! ¡Sí, hoy regresa a ti el amado! ¡Oh, elévate también tú, mi amante corazón, ardiendo de alegría hacia el cielo, y con el impulso canta alabanza y gratitud a tu Creador! ¡Silencio! ¿Quién se acerca allí al portón? ¡Él mira hacia aquí arriba, es su mirada! ¡Es él, Edgar! ¡Es él!… ¡Ay, perdóname la culpa, si no encuentro palabras de gratitud en el exceso de gozo! (corre abajo al ancuentro de Aubry; los dos regresan con
alegre prisa) Nº 7. Dueto (*) Ambos ¡Eres tú, eres tú, no es un sueño, ay, esta dicha, apenas la abarco! ¿Eres realmente tú? ¿Te veo de nuevo? La alegría Diálogo Malwina ¿Y estás ya aquí tan de mañana? Aubry en ofrecerte deseos de felicidad en tu fiesta de cumpleaños. Malwina ¡Oh, Edgar, soy tan feliz! Mi padre me habla de ti desde hace algún tiempo con concluíste para él tan importante negocio en Londres por encima de todo lo esperado, no ve él ya en ti al hombre insignificante por el que siempre te tuvo. Hace algunos días dijo aún: "Lástima que no tuviera yo tal hijo, él mantendría el brillo de la vieja casa Davenaut". Aubry Ay, Malwina, veo en esto sólo la preocupación por el brillo de su vieja casa; sólo al estar yo emparentado lejanamente con ésta ma da a sus ojos algún valor. Créeme, jamás me dará él la mano de su única hija. Malwina No, ahora no le temo ya; créelo, él sospecha nuestro amor y lo aprueba. Significativamente clava a menudo su mirada en mí, y parece aguardar mi confesión. Cuando le enviaste la noticia de que las grandes posesiones ahora indiscutiblemente propiedad suya, besó este de ordinario tan severo padre mi frente, y, emocionado y lleno de amor, me dijo: "¡Verte feliz, hija mía, sea ahora mi única preocupación!" Aubry ¡Ay, sólo posición y riqueza son su felicidad, y yo mismo he aumentado los obstáculos, que ahora me separarán eternamente de ti! Malwina Oh, no conturbes con tus dudas mi alegre esperanza. Aún hoy, en el día de mi cumpleaños, si mi padre me promete la concesión de todo ruego, le descubriré el secreto de nuestro amor… ¡Silencio, él viene! (sir Humphrey, Señor de Davenaut, viene por la puerta de la
sala, detrás, a la derecha) Malwina (corre al encuentro de Davenaut) ¡Padre! ¡Padre! ¡Edgar ha vuelto! Davenaut ¡Sir Aubry, sedme cordialmente bienvenido! (tiende a Aubry la mano) Habéis prestado un importante servicio a la casa Davenaut. ¡Mas lo que hicisteis, revertirá en vos mismo! Pues también sois un vástago de esta ilustre casa, y cuanto mayor sea el brillo y la riqueza del Señor, los miembros de la estirpe. Recibid mi gratitud, y vuestra felicidad sea en el futuro la preocupación de vuestro padre. Aubry ¡Sir, esta bondad!… Malwina ¡Oh, padre mío! Davenaut ¡Hija mía! Bien me he quejado a menudo de que no me naciera un hijo, de que el nombre de Davenaut, desde hace siglos uno de los más nobles en Escocia, debe desaparecer conmigo. ¡Ven a mi corazón, amada hija! El día que te dio a mí, hace hoy dieciocho años, también me dará hoy a través tuyo un hijo digno de mi casa, digno de tu amor. Malwina ¡Oh, padre mío! Davenaut He advertido hace tiempo lo que callaba para mí tu boca. He adivinado tu deseo, y me anticipo a tu ruego: te saludo Malwina ¡Oh, padre, esta bondad! Davenaut ¿Estáis tan apartado, sir Aubry? ¿No tomáis parte en nuestra alegría? Aubry (corre alegre hacia Davenaut) ¿Sería posible? ¿Pudiera yo esperar? Davenaut ¿Creéis que quiero permanecer vuestro deudor? Prometí preocuparme de vuestra dicha. El nombre de mi yerno seaos fiador de que él tratará siempre conforme a mi espíritu: ¡él es el Conde de Marsden! Nº 8. Terceto Malwina ¡Cómo, padre mío! Aubry ¡Ay, perdida! Davenaut Si, es el Conde de Marsden el que he elegido Malwina y Aubry ¿Cómo, quién es? ¿El Conde de Marsden? Davenaut Sí, es el Conde de Marsden. Malwina ¡Oh, padre mío! Davenaut (aparte) La elección parece alegrarla. Malwina y Aubry (aparte) Ay, mi felicidad era sólo un sueño, ¿tenía que abandonarme tan deprisa? ¡Ay, para contener mi corazón no tiene espacio! Davenaut (para sí) ¡Ah, la elección parece alegrarla! ¡Sí, él es por posición y nobleza, así digno de ser un Davenaut! Malwina Mírame aquí a tus pies; padre, ¿puedes perdonarme? ¡Padre, ay, jamás podré ser la esposa Davenaut Cómo, ¿qué oigo? ¡Ah, es posible! Malwina Este corazón… Davenaut ¿Cómo? Malwina …ha elegido ya. Davenaut ¡Ah! ¡Es posible! Malwina Ay, siento que he faltado, que hasta ahora he disimulado. Davenaut ¿Quién es el osado? ¡Habla! Aubry ¡El osado, sir, soy yo! Davenaut ¡Ah, apenas me contengo de cólera! ¡Cómo, osado! ¿Podéis atreveros a decirme esto a la cara? Aubry Ay, desde los días de mi infancia este corazón ha latido por ella; ¡hacer feliz a vuestra hija debe ser mi único afán! Davenaut ¡Fuera, rogáis en vano, fuera! Malwina (implorante) Ay, desde los días de mi infancia ha latido por él este corazón; ¡ten compasión, tu hija sólo puede ser feliz con él! Davenaut Fuera, imploráis en vano, fuera, pues yo di al Conde mi palabra. ¡Y jamás fue aún roto lo prometido por un Davenaut! (entra George y se acerca a Davenaut) George (anunciando) Dignísimo Señor, el conde de Marsden acaba de pasar a caballo por el portón, y la animosa juventud se acerca, unida en para saludar a vuestra hija hoy en su fiesta natal. Davenaut Conduce, pues, a los joviales invitados junto a mi hija, a la sala. (sale) Nº 9. Finale ¡Flores y capullos en el céfiro acariciante, adorablemente abiertos hacia el lisonjero Oeste, flor de las Tierras Altas, tú, te entretejemos para la fiesta de hoy! ¡Quiera el futuro derramar sobre ti, por la senda de la vida, la suerte más risueña, igual a las rosas, y capullos, tú, flor de las Tierras Altas, George Ved, allí viene el yerno de la mano del viejo Señor; cantad la canción, ya sabéis, la que el viejo oye tan gustoso. (Davenaut se hace visible detrás con Lord Ruthven) Coro Cantad alto y dad gritos de júbilo, que suene por todo el país: salve, salve a la casa Davenaut, salve a todo aquel emparentado con ella; lo que está firme como nuestras montañas, lo que sólo sucumbirá con el mundo, lo que no cede en brillo ante la Corona, lo que brilla e ilumina igual que el sol, que suene por todo el país: salve, salve a la casa Davenaut, salve a todo aquel emparentado con ella. (Davenaut y Ruthven avanzan) Ruthven ¡En verdad, vuestra elección me alegra! Pero yo sería dichoso sólo si los ojos de "milady" me sonrieran amablemente. Malwina (sin mirarle) ¡Apreciado sir! (lo mira) ¡Ah!… ¡Ay de mí! Aubry ¡Dios, a quién veo! Ruthven ¡Incomprensible! Aubry ¡Si veo bien… tú eres… lord Ruthven! Ruthven (tranquilo) ¡No, sir! Ruthven es mi hermano, que hace ya años está de viaje por el continente. Me agrada conocer que sabéis algo de él. Aubry (confuso) ¿Lo que yo sé?… Él estaba hoy… Ruthven ¿Bien? Aubry Ay… no, sir… no sé nada. Engañoso es el parecido de su… de vuestro rostro. Cortante, como un dardo envenenado, me atraviesa su mirada el alma. Este parecido del hermano jamás significará felicidad. Ruthven Cortante, como un dardo envenenado, me atraviesa su mirada el alma. Ah, encontrar aquí al iluso jamás significará felicidad. Davenaut Cortante, como un dardo envenenado, me atraviesa su mirada el alma. Ofender así su orgullo, jamás significará felicidad. Malwina Cortante, como un dardo envenenado, me atraviesa su mirada el alma. Que mi interior se estremezca ante él, jamás significará felicidad. Coro Cortante, como un dardo envenenado, me atraviesa su mirada el alma. Que el interior de ella se estremezca ante él, jamás significará felicidad. Davenaut Bien, Malwina, ¿éstas son formas? ¿No sabes recibir más amablemente a tu novio? Ruthven (a Davenaut) Dejadla, apreciado sir, os lo ruego. Malwina Sir, no sé cómo sucedió que sobreviniera un horrible temor extraño. Ruthven ¡Bella "lady", oh, perdonad! Como ríe la rosa nueva que florece solitaria junto al camino, en lo más íntimo de mi ánimo me alegra vuestra mirada. Quiero esperar que el tiempo os hará al menos soportable mi pobre rostro. Aubry (para sí) No, mis ojos no me engañan, como él ríe y como habla, todo me lo indica claramente: ¡es Ruthven, el vampiro! (a Ruthven) ¡Sir, sólo dos palabras, os lo ruego! ¡Terrible, te he reconocido! ¡También la cicatriz aquí, en tu mano! ¡Infortunado, puedes atreverte a alzar los ojos hacia ella, horrible monstruo de la naturaleza! Ruthven ¡Silencio! ¡Piensa en tu juramento! Davenaut El sacerdote está encargado, invitados están los huéspedes, dispuesto pues todo para la alegre fiesta de bodas, pues antes de que haya pasado la medianoche estarás unida a él para siempre. Malwina (fuera de sí) ¡Ay, padre mío! Aubry ¡Os conjuro! Malwina ¡Ay, esta prisa, dadme un plazo, pocos días pido! Davenaut ¡Calla! Aubry ¡Sir, aplazadlo sólo hasta mañana! Davenaut ¡No, imposible! Aubry Bien, así sabed… Ruthven ¡Silencio! ¡Piensa en tu juramento! Davenaut ¡Aún hoy, di mi palabra, mañana tiene que irse ya el Conde! Como es conocido, ha sido nombrado ministro plenipotenciario en Madrid, su tiempo obliga a darse prisa. Aubry Dejadnos aguardar sólo hasta mañana. Sir, no seáis tan obstinado. ¡Ay, aplazadlo sólo hasta mañana, y salvaréis a vuestra niña! Ruthven ¡Silencio! ¡Piensa en tu juramento! Aubry ¡Ah, apenas contengo mi furia! ¡Pero mi juramento me mantiene prisionero, ay de mí, sus pálidas mejillas tienen ya sed de la sangre de ella! Ruthven Reírme puedo de su furia, pues su juramento le mantiene prisionero. Muchachita de mejillas de rosa, pronto será mía tu dulce sangre. Voces de los espíritus que suenan alrededor mío, celebradlo conmigo: ¡la acción tiene que salir bien! Davenaut (retrocediendo hacia los invitados y campesinos) ¡Os invito a todos a la fiesta, todos debéis sentir júbilo y estar alegres! Pues todavía hoy, lo juro en voz alta, llevará Marsden a la novia al altar. A todas Sus Señorías quisiera yo anunciar que Marsden y Davenaut están unidos. Coro Cantad alto y dad gritos de júbilo, que suene por todo el país: ¡salve a la casa Davenaut, salve a todo aquel emparentado con ella! Ruthven Terriblemente acuciante apremia el tiempo, y aún estoy lejos de la meta, pero no temblaré. Aubry, Davenaut, Malwina ¡A quien confía en la fuerza propia y fía en la ayuda de Dios, nada puede hacerle temblar! Ruthven ¡A quien confía en la fuerza propia, a quien contempla el poder del Infierno, nada puede hacerle temblar! Aubry, Davenaut, Malwina ¡Quieran amontonarse las nubes, quiera bramar, quiera aborrascarse, nada debe hacerme temblar! En la terrible cercanía del infortunio, se eleva su valor a alturas gigantescas. En la furia de los elementos, eleva él hacia arriba su mirada. Ruthven (para sí) Quieran amontonarse las nubes, quiera bramar, quiera aborrascarse, quieran oscuras noches ocultar el futuro y, chancearse y burlarse del destino. ¡A quien contempla el poder del Infierno, está ya habituado al horror, nada puede hacerle temblar! Aubry, Davenaut, Malwina Cuando relampaguea, cuando retumba, ve él sólo el poder del Cielo, ríe en las tormentas. Ruthven ¡En la terrible cercanía del infortunio, se eleva mi valor a alturas gigantescas, riendo irónicamente miro hacia arriba! ¡Cuando relampaguea, cuando retumba, me alegro del poder del Infierno! ¡En la terrible cercanía del infortunio, se eleva mi valor a alturas gigantescas, riendo irónicamente miro hacia arriba! ¡En la furia de los elementos!
Primer Cuadro Espacio delante del castillo Marsden con mesas para beber y
follaje. A la izquierda, la gran escalera del castillo. Al fondo, un estrado
para bailar. Fiesta de bodas de Emmy. Nº 10. Introducción ¡Animosos, nobles bebedores, animosos, el vino es magnífico! ¡Ved, el sol va ya bajo, apliquémonos! ¡Ay, el día hallará pronto su meta y aún hay mucho vino! ¡Por eso, bebamos de lo lindo! ¿Oís los violines, véis el corro sonar alegres y girar gozoso? ¡Corred al baile, alegres en la rueda, girad, jóvenes animosos, cada vez más rápido! ¡Conjurad las preocupaciones! Hoy y mañana sonríe la alegría y no amenaza el peligro. Aprovechad las horas antes de que desaparezcan, que vuestra juventud no fue sin alegría. Crespos y coloreados, más allá (sólo los hombres) Que la juventud se meza allí en rápida danza. ¡Beber es también un placer aquí en el brillo de la tarde! Nosotros igual somos demasiado viejos para el baile,… ¡sólo bebed: así, pronto todos darán vueltas alrededor nuestro! ¡Viva! Esto es una alegría, todos se mueven en la dicha, todos exultan y zumban, todos dan voces y todos hacen ruido, todos rompen en júbilo: ¡así es lo justo en el convite de bodas! ¡Viva! Diálogo Gadshill ¿Pero dónde están, pues, la novia y el novio? Blunt Sí, ¿dónde están la novia y el novio? Scrop ¿Debemos, entonces, celebrar la boda sin novia y sin novio? Blunt Nunca he celebrado una boda sin novia y sin novio. El novio se habrá retrasado en Davenaut, mi hija ha ido a su encuentro. Blunt Allí viene precisamente ella. La señora Blunt ¡Ojo, Toms, ten cuidado y no vuelvas a beber demasiado! Blunt ¡Suse, tienes razón, ya he bebido demasiado, pero nunca aún bastante, nunca aún bastante! (entra Emmy Perth) ¿Qué es esto? ¡Tienes un aspecto tan triste, Emmy! Una novia tiene que estar contenta. Blunt ¡Sí, una novia ha de tener una cara alegre! ¿Te acuerdas tu aún, Suse, cuando eras novia? La señora Blunt ¡Yo, calla y no hables! ¡Siempre tienes que hablar tú! Blunt Sí, si no debo hablar, entonces he de beber. Bien, Emmy, ¿qué te pasa, pues? Nº 11. Canción Emmy Allí, en aquel paso rocoso, observé a lo largo para divisar a George; ¡a los rayos pero él no se deja ver! Cuando en la alegre fiesta de bodas el novio me hace esperar, ¿no debe ponerme esto triste? Allí, en el matorral, con dulce sonar encanta y suspira el ruiseñor, y él está aún lejos; entre las ramitas verdes acecha la luna llena; calladas y suaves brillan ya las estrellas. Todo se manifiesta, llegó la noche, y aún falta el novio: ¿no debe ponerme esto triste? Diálogo ¡Bueno, ya vendrá! Tú sabes que hoy era el cumpleaños de la señorita, y el pobre joven no pudo allí ciertamente marcharse así a tiempo. Emmy Yo quisiera ser una señorita tan distinguida, padre; entonces George no me haría ciertamente esperar. Blunt Ya vendrá, os lo digo. Una novia es que no se olvida. Green (que ha hablado en voz baja con Scrop) Sí, sí, ¡la noche pasada! Scrop ¡Eso sería espantoso! Bien, ¿qué ocurre aquí? Scrop Precisamente cuenta Green que la hija detrás de Davenaut, ha sido asesinada la pasada noche por un vampiro. Todos ¿Cómo? ¿Qué decís? ¿Un vampiro? Green No otra cosa; estuve esta mañana allí. La hija era una novia, la boda debía ser hoy. Por la noche, cuando la campana dio las doce, el padre echó a faltar a la hija; ¡todos fueron movilizados para buscarla! Finalmente se la encuentra muerta en la Cueva del Vampiro. Emmy ¡La pobre muchacha! Las muchachas ¿Se ha encontrado también, pues, al vampiro? Green Por supuesto, el padre lo ha matado. Las muchachas ¡Gracias sean dadas a Dios! Green ¡Sí, para qué sirve esto, una criatura tal no puede ser muerta! ¡Si hoy se la mata, mañana está viva de nuevo! Scrop (a Green) ¿Habéis visto ya alguna vez a un vampiro? Green ¡No, gracias a Dios! Pero he hecho decirme que deben parecer lívidos, y que prefieren buscar a sus víctimas a la luz de la luna, porque ésta tiene para ellos una fuerza benéfica y ellos están bajo su protección. Emmy Mi bendita madre me ha contado a menudo un viejo cuento de un vampiro. Las muchachas ¡Ay, oigámoslo, oigámoslo! Scrop ¡Pero ya está oscuro Green ¡Tanto mejor! En la oscuridad se oyen estupendamente tales historias. Nº 12. Romanza Emmy ¡Mira allí, madre, al hombre pálido de mirada sin ¡Niña, no mires al hombre pálido, si no, pronto estarás perdida, apártate de él deprisa! Ya a varias muchachas, jóvenes y bellas, hizo mirarle profundamente a los ojos, tuvieron que pagar con amargos martirios y con su sangre, pues quedo y en secreto te lo digo: ¡el hombre pálido es un vampiro! ¡Guárdenos Dios en la tierra de llegar a ser jamás igual que él! Pues quedo y en secreto te lo digo: ¡el hombre pálido es un vampiro! ¡Guárdenos Dios en la tierra de llegar a ser jamás igual que él! Emmy ¡Él me sonríe, el hombre pálido, y su mirada es más alegre! Niña, ¿aún sigues mirándole? ¡Ay de mí, estás perdida, apártate deprisa de él! ¡Si estremeció él tu piadoso corazón, ay, deja por ello advertirte, si no te enganchará en sus redes! Pues quedo y en secreto te lo digo: ¡el hombre pálido es un vampiro! ¡Guárdenos Dios en la tierra de llegar a ser jamás igual que él! Pues quedo y en secreto te lo digo: ¡el hombre pálido es un vampiro! ¡Guárdenos Dios en la tierra de llegar a ser jamás Emmy ¡La muchacha sigue al hombre pálido, la atrae su mirada; no escucha las advertencias de su madre, y pronto está perdida, ella jamás regresó! Una víctima fue para el placer de él, con rastro de sangre en el cuello y en el pecho se encontró de nuevo el cadáver; ¡ella se precipitó al Infierno! ¡Ahora ella da vueltas, creedme, ¡Guárdenos Dios en la tierra de ser jamás igual que ella! ¡Ahora ella da vueltas, creedme, ¡Guárdenos Dios en la tierra de ser jamás igual que ella! (lord Ruthven entra y se mezcla entre la gente) Diálogo Ruthven ¡Buenas noches! (las muchachas se dispersan con una exclamación de susto) Muchachas ¡Ah! Emmy ¡Todopoderoso! Ruthven ¿No está John Perth aquí? Aquí estoy. ¿En qué he de serviros? Ruthven ¿Acaso ya no me conoces? Ay, ¿sois Vos, "mylord"? Por supuesto, os conozco. Sois el hermano de nuestro extinto Señor, y ahora Conde de Marsden: sed bienvenido a vuestros suelo y propiedad, os creíamos aún de viaje. Ruthven Tampoco puedo permanecer aquí más que unas pocas horas, un negocio me llevó a Davenaut. Oí allí de la boda de tu hija. Los fieles servicios que prestaste a mi casa demandan mi agradecimiento. Quiero que la boda se celebre a mis expensas y tan brillantemente Considera hoy las magníficas bodegas Todos (exclamatorios) ¡Éste es un noble Señor! ¡Dadle un viva! ¡Viva nuestro digno Señor! ¡Viva! Ruthven (a Haz iluminar al punto la gran sala, allí quiero tejerle yo a la novia en el pelo la corona de mirto. (el Emmy ¿Habéis venido, así, por causa mía, dignísimo Señor? Ruthven ¿Es ésta tu hija, John? Sí, dignísimo Señor, mi hija Emmy. Ruthven Por supuesto he venido por causa tuya , bella Emmy. Emmy Ay, disculpad pues, dignísimo Señor, que antes me haya asustado yo tanto ante vuestra vista, pero justamente habíamos contado un cuento espantoso, cuando vinisteis hasta nosotros tan inadvertido. Ruthven (se quita Toma este anillo (le tiende el anillo) Emmy ¿Cómo, dignísimo Señor, el precioso anillo, me lo regaláis? Ruthven ¡Como invitado de boda debo hacerte seguramente un regalo! Me preocuparé, además, de traer un ajuar para ti, y si tú quieres, de emplear a tu futuro marido en mis propiedades. Emmy Dignísimo Señor, Ruthven (a algunos de los que se han quedado Id, queridas gentes, poned orden en la sala. (a Mientras tanto consultaré a la muchacha sobre la manutención futura. Cuando todo esté en orden , llamadme, para que yo inaugure el baile con la bella Emmy. (todos salen, menos Ruthven y Emmy) Emmy Ay, dignísimo Señor, ¿por qué he merecido yo Ruthven Por tu belleza, querida Emmy, que a primera vista me dispuso tanto a tu favor, por tu gentileza, que cada vez me atrae más hacia ti. Nº 13. Terceto Emmy Sólo queréis confundirme, no soy tan presumida lo que vuestra boca dice tan sólo. Ruthven No, querida, dulce pequeña, créeme, no me burlo; tu belleza es lo único (bis) que así seduce mi corazón. George (para sí) ¡Oh, Dios, qué he de ver! ¡Ellos están en gran intimidad! ¿Puedo fiar en mis ojos, es ésta, pues, mi novia? Ruthven ¡Qué delicia sin igual rozarte suavemente las mejillas, apretarte la blanda mano, mirarte amante a los ojos, rodearte así con el brazo, apretarte contra el pecho! ¡Ay, qué sacrificio haría yo, (bis) si me dieras este placer! Emmy (rechazándole suavemente) Sólo queréis confundirme, no soy tan presumida lo que vuestra boca dice tan sólo. George (para sí) Maldición, qué he de ver, ahora le aprieta él la mano, y ella deja que ocurra, (bis) esto es Ruthven Yo debía casi regañarte, he hecho tanto por mi parte y tú no quieres corresponderme, ¿no es esto cruel, di? Emmy ¡Buscáis fundar mi felicidad, bien me doy cuenta! ¡Ay, no puedo hallar palabras, para consagraros mi gratitud! Ruthven ¡Por mi esfuerzo puedes darme la más bella recompensa! ¡Un único beso tuyo vale para mí más que coronas! George ¿Un beso? ¿Qué he de oír? Emmy ¿Cómo? ¿Un beso? George ¿Quiere besarla? ¿Qué? Emmy ¿Cómo? ¿Un beso? ¿Un beso? ¿Un beso? Sólo queréis confundirme, no soy tan presumida lo que vuestra boca dice tan sólo. Ruthven No, querida, dulce pequeña, créeme, no me burlo, tu belleza es lo único que así seduce mi corazón. (besa a Emmy; para sí) Así, ha quedado a y la meta no está ya lejos. (ríe) ¡Ja, ja! Emmy (para sí) ¡Gustarle a tal corazón, no es una insignificancia! ¿No debe esto envanecerme? Ruthven ¡Ahora ha quedado a mi ¡Ah, oigo reír al Infierno! George (para sí) Cómo, ¿a ella le gusta esto? ¡Ah, por Dios, esto va demasiado lejos! ¿No debe esto enfurecerme? (avanza) Buenas noches, amada mía. Ruthven ¡Vaya, mira ahí, el novio! Emmy ¿Vienes por fin también a la fiesta? George Sí, ya era hora de que viniera. Emmy Nuestro buen Señor quiere hacerte aquí administrador de la propiedad. George Sí, esto advierto, bellas cosas, y él Ruthven ¿Celos? ¡Es para reírse! ¡Pobre diablo, me das pena! Emmy ¡Celos el primer día! ¡En verdad, esto llega demasiado pronto! George (aparte) Sí, ella tiene razón, el viejo cuento: ¡jamás fíes en mujeres y en gatos! Ruthven (a Emmy) Bien, me voy. ¡Los enamorados están mejor solos! Mas no olvidéis que hoy tenéis que ser mi pareja de baile… ¡Ah, cómo se estremece de alegría mi corazón, ahora la tercera víctima es mía! ¡Los que os movéis, invisibles, alrededor mío, exultad! ¡Pronto será ella vuestra! (sale en dirección a la sala de baile) Emmy Mi corazón vacila entre el temor y el amor, y en la cabeza siento bien y daño; ¡con dulce y secreto impulso, me atrae hacia el extraño! George ¡Como en morada de espíritus malos, así me siento inquieto! Me da escalofríos con gélido horror. ¡Ay de mí! ¡Esto no acabará bien! Diálogo George ¡Él se va! ¡Ahora vuelvo a sentirme bien! Emmy Sabes bien, George, que no está bien por tu parte que vengas hoy tan tarde. George ¡Está bien, no me hagas aún reproches! ¿Pero es bonito que tú, aquí, a la luz de la luna, coquetees con jóvenes y dignos señores, que te aprietan la mano, que te cogen y que al final te dejes besar? ¿No es verdad que es bonito? Emmy ¡Ay, éste era nuestro nuevo y digno Señor! ¡Y él quiere sustentarnos! (muestra el anillo en su dedo) Mira sólo el precioso anillo, que él me regaló. Es tan bueno, tan amable, tan campechano, así… George ¿Bien? Lo soltaré: tan tan galante, que frente a él yo soy sólo un tarugo. Emmy Meramente soy amable con él por tu causa, para que te emplee ventajosamente. George (irónico) ¿Así? ¡Por mi causa! ¿Crees que no he advertido cómo le has mirado todo el rato? (indica a su pistola) ¿Ves aquí la pistola? La he traído conmigo, porque se me dijo que el camino no era seguro.Con ella me mataré, si aún le miras así una vez. Emmy No seas tan salvaje, querido George, él vuelve a marcharse hoy, y quién sabe si volveré a verle nunca. George Sí, él tiene que volver hoy aún a Davenaut, debe desposar a nuestra señorita. Pero ella no es Ella ama al joven Aubry y no fue tan amable con el joven Conde. Con lágrimas ha rogado a su padre dejar al digno Señor que vuelva a marcharse. Emmy ¿Así, tu señorita se casará? George Sí, ¿no te viene bien esto? ¿No pudieras llegar a ser tú misma quizá una distinguida señora? ¿No es verdad? ¡Éste es tu máximo deseo! ¡Oy, yo, estúpido! porque yo sabía lo que tendrás con gusto, si ha de ir bien en nuestra boda, ruego al distinguido Señor que él venga aquí. Pero tu amabilidad con él tiene que haberlo avisado ya. Apenas le digo que hay aquí una boda, y ya se levanta, hace ensillar un caballo, apenas se despide de nuestro viejo Señor, y corre al galope hacia aquí. Yo jadeo detrás de él, para tener la alegría de contemplar cómo él besa a mi novia. (entra Edgar Aubry) Aubry Buenas noches, George, ¿está el Conde aquí? George Sí, el distinguido Señor está en la sala de baile. Aubry Ruégale en seguida que venga aquí conmigo. George Voy. Emmy Yo voy contigo a la sala de baile. (Aubry se queda solo) Aubry ¡Tengo que salvarla, aunque sea al precio de mi vida! Si mis ruegos no pueden moverle a desistir de su propósito, entonces correré a casa romperé el terrible juramento y descubriré el espantoso secreto, resulte lo que fuere de esto. (Lord Ruthven viene) Ruthven ¿Cómo, Sir Aubry, Vos aquí? Aubry Sí, te seguiré dondequiera, vigilaré todos tus pasos, para dondequiera pedirte y conjurarte a que abandones tu espantosa idea; dondequiera te saldré amenazador al encuentro, para arrebatarte tu víctima por la fuerza. ¡Ruthven, yo amo a Malwina, y soy a mi vez amado por ella! Apártate de ella, no mates de nuevo la dicha de dos seres humanos. ¡Aquí te conjuro, apártate de ella, suplicaré al Eterno compasión para ti… y la conciencia de este único buen día hará hablar por ti a un ángel bueno y salvador en la hora del Juicio Eterno! Ruthven No derroches palabras inútiles. Me arrastra mi terrible destino. ¡Enójate, enfurécete, clama contra el ciclo eterno de la Naturaleza! ¿Puedes tú hacerlo estar inmóvil? ¡Ah, te lo agradeceré puesto de rodillas! Apártate de mí. Nº 14. Gran escena Aubry ¡Bien, me obligas al delito, voy a romper mi juramento, Dios perdonará en el Cielo! Si puedo lograr que tú hayas de apartarte de ella, el pecado será, sí, pequeño. Ruthven Tropieza en el camino de lo justo, sucumbirás ante los sombríos poderes, aunque no parezca tan grande el paso en falso; si eres ganado por ellos, estarás más estrechamente enredado, y no te soltará el Infierno. Aubry Gustoso quiero pagar por mi culpa castigos llenos de tormentos: ¡qué más duro puede suceder! ¿Hay mayor depravación que matar a la ardientemente amada y verla morir tan atrozmente? Ruthven ¿Piensas tú? ¡Ah, sólo inténtalo! Y con horror verás más claro aún qué puede suceder! ¿Crees tú que la Naturaleza me creó ya de nacimiento para este oficio espantoso? ¡Ve entonces, traicióname! Carga sobre ti la culpa del perjurio, para con dulce triunfo conducir a casa a la amada: ¡Llega ser esposo, padre después, y un hombre muy feliz! Pero llegará el tiempo donde, con mil mordeduras de serpiente, el alma te será arrancada… Ante el Juez, temible y grave, comparece ella, y el Estricto dice: "el arrepentimiento no expía el perjurio, regresa con horror a la casa apenas abandonada". Ahora vas tú, un horroroso cadáver, destinado únicamente a alimentarte de la sangre de aquellos que más te quieren y honran; en el interior llevas el fuego devorador. Tú has jurado por tu vida: lo que por ti vive, está perdido por tu causa. ¡La sangre de la esposa, del hijo, de la hija acalla la primera tu monstruosa furia, y antes de su fin te reconocen y te maldicen… y se maldicen a ellos! Mas lo que te era más caro en la vida, una muchacha adorable de cabellos rizados, eleva rogando las pequeñas manos hacia ti, las lágrimas acuden a sus claros ojos, y ella balbucea: ¡padre, perdóname la vida, rogaré por ti en la tierra! ¡Tú la miras al rostro piadoso e inocente, quisieras respetarla de buen grado, y no puedes! Te excita el demonio, te arrastra la furia. ¡Tú tienes que sorber la querida sangre! Así vives, hasta que vas al Infierno, al que ahora perteneces eternamente; ¡incluso allí se aparta aún de tu mirada, con horror, la tropa de los abyectos, pues frente a ti son ellos puros como ángeles, y tú solo eres el condenado! (Aubry le mira horrorizado) Ruthven ¿Te paralizas? ¿Estás espantado ante mí? ¡Ja, ja! Yo pinté según la Naturaleza, mi propia historia te conté. ¡Ahora, vete! - ¡Y rompe tu juramento! (sale) Aubry (solo) ¡Ah, cómo me llena de horror la espantosa imagen! ¡Ningún consuelo, ninguna salida se me muestra, ella está perdida! ¡Ay de mí! Nº 15. Aria Aubry Como una bella mañana de primavera se extendía la vida ante mí, todo mi deseo, toda mi preocupación era una serena mirada de ella. Campos y bosques parecían vivir sólo para devolver su imagen, y con dulces sonidos mágicos cantar sólo, cantar sólo de ella. Pues su semblante divino me sonríe en cada flor, en el oro del ocaso, en el brillante bosque de estrellas. El céfiro me parecía acariciar en ella, sólo de ella cantaban fuentes y árboles, y dormido entre rosas, aún mis sueños soñaban con ella. Pero ahora me rodea oscura noche, yo dudo del poder de Dios; demonios portadores de infortunio parecen habitar sólo la Creación. Sarcásticos los oigo triunfar, a la perdición ha de llevar lo que yo también quería hacer… ¡Y de todo lo que me amenaza, es el más pequeño horror la locura! ¡La locura o la muerte! (sale) Nº 16. Dueto (Ruthven y Emmy vienen enlazados) Ruthven Quedos, allí, a la apartada glorieta, donde estaremos sin ser molestados. Emmy Dignísimo Señor, alguien viene, yo creo… Ruthven ¡No, querida, dulce niña! Emmy ¡Sí, sí, alguien viene! Ruthven Sígueme sólo unos pocos pasos… Emmy ¡Dignísimo Señor! ¡Ay, no, os lo ruego, George me echará a faltar en la sala! Ruthven ¡Miedosa locuela, déjate besar! Emmy ¡No, ay, dejadme volver, dignísimo Señor, no, apiadaos de mí! Si George me viera con Vos, jamás me perdonaría. Ruthven ¿Debo, ay, lamentarme más tiempo? ¡No te conmueve mi ruego! ¿Nunca te dirán tus ojos lo que me dice tu corazoncito? Emmy (para sí) Ay, siento que con mil lazos pende de él mi entero corazón. Ruthven (para sí) Largamente se ha resistido, pero cederá al ímpetu. ¡Ven, pues, ven, dulce vida mía, luz divina de mis ojos! Emmy No seré ya mucho más capaz de resistir a sus ruegos. Ruthven Bien, ven así, aún unos pocos pasos… Emmy No, ay, dignísimo Señor, os ruego… Ruthven ¡Dulce muchacha, sígueme! Emmy ¡Dignísimo Señor! Ruthven ¡Oh, sígueme! Emmy ¡Ay, yo tiemblo! Ruthven ¡Sígueme! ¿Podrás ser cruel más tiempo? Emmy ¿Cruel con vos? ¡Ay, no! Ruthven ¡Sígueme! Emmy ¡Bien, sea!… ¡Te sigo! (cae sobre el pecho de él) Ambos Quedo, quedo a la tenue luz de la luna, silenciosos y en secreto vayamos hasta el lugar dulcemente discreto; ¡tú eres mío (a), yo tuya (o) para siempre! La luna y las estrellas quieren escuchar cómo cambiamos alma por alma y nos embriagamos de amor. (salen hacia la glorieta) Diálogo (Entran James Gadshill, Richard Scrop, Robert Green y Toms
Blunt) Blunt Venid hacia aquí, aquí no seremos molestados. Scrop Hace tanto calor en la sala… Green Y tal ruido, que no se puede beber ni una vez con tranquilidad. Gadshill Aquí hace un fresco agradable, y el claro brillo de la luna… Blunt ¡Ay, hermano, el mundo es tan bello! ¿Tienes también contigo una botella? Gadshill (saca una botella del bolsillo) ¡Por supuesto! Scrop (igual) ¡Yo también! Green (igual) ¡Yo también! Blunt (igual) ¿Ves? Yo tengo aún dos en el bolsillo; entonces, a beber, hermano, mira: beber, esto es: ¡beber! Hay muchas amenidades en el mundo, pero sólo tres diversiones principales. Gadshill Ay, ya sé lo que piensas: vino, mujeres y canciones. Blunt Eres un buen cristiano, pero no has acertado. Mira, hermano, la primera es: ¡beber!, y la segunda es: ¡beber!, y la tercera es: ¡beber! (todos ríen) Blunt ¡Ja, ja, ja! ¿No es verdad? ¿No tengo razón? Pues, ved: ¿cantar? Cantar es bueno, yo canto también, pero no se puede cantar siempre, se acaba harto. ¿Y mujeres? ¡Oh, sí! ¡Oh, sí!… Pero… ea, de esto no hablaremos, esto lo sabemos yo y mi Suse muy bien. ¿Pero beber? Ved, beber, esto es: ¡beber! Los otros tres ¡Sí, hermano, tienes razón! ¡Hermano! Nº 17. Canción báquica y quinteto con coro Blunt ¡En el otoño, uno tiene que beber! Todos ¡En el otoño, uno tiene que beber! ¡Éste es el tiempo adecuado, allí madura para nosotros la sangre de la uva, y por eso sabe el vino tan bueno, en el otoño, uno tiene que beber! Blunt ¡En el invierno, uno tiene que beber! Todos ¡En el invierno, uno tiene que beber! ¡En el invierno hace frío, allí nos calienta la sangre de la uva y por eso sabe el vino tan bueno, en el invierno, uno tiene que beber! Blunt ¡En el verano, uno tiene que beber! Todos ¡En el verano, uno tiene que beber! ¡En el verano hace calor, allí nos refresca la sangre del vino, y por eso sabe el vino tan bueno, en el verano, uno tiene que beber! Blunt ¡En la primavera, uno tiene que beber! Todos ¡En la primavera, uno tiene que beber! ¡Allí no hace calor ni frío! ¡Allí nos deleita la sangre de la uva, allí sabe el vino el doble de bueno, en la primavera, uno tiene que beber! ¡Viva! ¡Esto es una alegría, todo se mueve en la dicha! ¡Todo rompe en júbilo, así es lo bueno en el banquete de bodas! ¡Viva! ¡Esto es una alegría, todo se mueve en la dicha! ¡Viva! (entra ligera Suse Blunt) Quinteto La señora Blunt ¡Por fin te encuentro, viejo! Blunt Sí, Suse, éste, aquí, soy yo. La señora Blunt Mucho, mucho te he buscado, en ningún sitio pude encontrarte. ¡He imprecado, he maldecido, Dios perdone mis pecados! ¡Aquí, con tus compañeros de bebida al fin te encuentro! ¡Oh, hombre, olvidado ahora mismo te vas de aquí conmigo! Blunt Querida mujercita, no mires bizqueando, ay, yo estoy tan alegre Green, Scrop, Gadshill Mujer, qué nos reprendes, pues, hoy es el banquete de bodas. La señora Blunt ¡Callad! - ¡Callad, antes de que me salga la bilis! Si queréis aún atreveros a refunfuñar, os diré a cada uno de vosotros lo que vale y lo que no vale. Blunt ¡Oh, dolor! La señora Blunt Robert Green, sóis conocido dondequiera en todo el mundo que de vez en cuando con demasiado gusto mira a otras mujeres, y acude al vino y a las cartas. ¡Tú, Toms, eres un viejo loco, que no es nada y que nada fue, sino un ridículo bebedor, jugador, glotón, recorretabernas! ¡Scrop, aquí, está en el mismo caso! ¡A vos, James Gadshill, a vos se os ha roto el seso, y en pocas palabras, todos, todos, todos no servís para nada! Blunt ¡Querida Suse, nada de disputas, mira, estoy lleno de dicha! La señora Blunt ¡Sí, os lo digo a todos, todos, todos, todos no servís para nada! Green, Scrop, Gadshill ¡Calla! ¡No, por Dios, esto es demasiado! (a Blunt) Dile que debe callarse. Blunt ¡Suse, déjanos en paz! ¡Bebe una vez! ¡Te daré! La señora Blunt ¿Cómo? ¿Qué fue esto? ¿Debo callar? Green, Scrop, Gadshill Sí, no queremos oír nada más. La señora Blunt ¿Quién quiere prohibirme hablar? Green, Scrop, Gadshill ¡Ay, no queremos oír nada más! La señora Blunt ¡No, no, no, no! ¡Ahora gritaré aún más recio! Blunt ¡Suse, déjanos en paz! La señora Blunt ¡No, no, no, no, no, no! Green, Scrop, Gadshill ¡Calla ahora! ¡Callada debe estar! La señora Blunt ¡No quiero callar! ¡Aguardad, os mostraré que quiero y puedo hablar! ¿Os ha contrariado lo que dije? ¡Bien, de acuerdo, para fastidiaros empezaré desde el principio! ¡Robert Green, sóis conocido dondequiera en todo el mundo como un mal marido! Green, Scrop, Gadshill ¿Está la mujer en su entero juicio? La señora Blunt Que de vez en cuando con demasiado gusto mira a otras mujeres, y acude al vino y a las cartas. Green, Scrop, Gadshill (a Blunt) Vecino, habla, ¿qué hacemos ahora? La señora Blunt ¡Tú, Toms, eres un viejo loco, que no es nada y que nada fue, sino un ridículo bebedor, jugador, glotón, recorretabernas! ¡Que no es nada y que nada fue, sino un ridículo bebedor! Green, Scrop, Gadshill ¿Está la mujer en su entero juicio? La señora Blunt Scrop, aquí, está en el mismo caso! ¡A vos, James Gadshill, a vos se os ha roto el seso! Green, Scrop, Gadshill Vecino, di, ¿qué hacemos ahora? Blunt ¡Haced como yo y quedaos tranquilos, si se hace duro, reíros! ¡Pero es una querida mujercita, chocad a la salud de ella! La señora Blunt ¡Y en pocas palabras, todos, todos no servís para nada! Green, Scrop, Gadshill ¡Ah, ah, ah, ah! Blunt, Green, Scrop, Gadshill ¡Chocad a la salud de ella! (el coro entra) Blunt ¡A su salud! ¡A su salud! Coro ¡Qué ruido! ¿Qué ha ocurrido? Decid, ¿qué significa esto? No se puede entender una palabra. ¿Va esto en serio o es una broma? ¡Este reñir, este reír, esto nos confundirá aún a todos! ¿Queréis, pues, ponernos furiosos? ¡Mujer, calla al fin de una vez! (se oye un tiro) Diálogo Perth Escuchad… ¿Qué fue eso? Green ¡Sonó un tiro! (a la izquierda, delante, suena un segundo tiro) ¡Y otra vez! ¿Qué puede ser esto? Pero ved… allí… ¡George Dibdin a toda prisa! (George Dibdin viene sin aliento) George (como enajenado) ¡Ay. amigos… ay, ay, amigos! Perth ¿Qué ha ocurrido? ¿Qué ha ocurrido? George Ay… Emmy… asesinada. ¡Y yo he matado de un tiro al dignísimo Señor! Perth ¡Qué horrible crimen!: ¿cómo fue posible? George ¡Ay, horrible fue el ver cómo la luna iluminó clara el pálido rostro! Ya no tendré paz en esta Tierra. ¡El atroz crimen me arrastra al vasto mundo! (Corre afuera.- Es traído el cadáver de Emmy) Nº 18. Coro Coro ¡Alegrías y penas, en la vida terrena, cambian tan rápido como las horas desaparecen! ¡Vinimos tan alegres y animosos hacia aquí, para unir a la novia con el esposo, ay, y ahora vamos, temerosos y oprimidos, a enterrar un cadáver en la fosa! Segundo Cuadro Sala en el castillo Davenaut como en el primer acto. Diálogo (Aubry está sentado solo con la cabeza apoyada en la mano.
Pasado algún tiempo, viene Malwina) Malwina (vestida de boda, cayendo con vehemente movimiento en brazos
de Aubry) ¡Edgar! Aubry ¡Malwina!… ¡Has llorado! Malwina ¡Ay, inútilmente he rogado con lágrimas a mi padre, en vano le he conjurado a concederme un aplazamiento; firme se mantiene en su designio. Reunidos están los invitados, la capilla, adornada, sólo se aguarda el regreso del Conde para santificar mi desdicha mediante la bendición del sacerdote. Delante de la capilla está el coche del Conde, para partir después de la boda. Nº 19. Dueto Aubry ¡Deténte, no puedo soportarlo, estás perdida! ¡Ay de ti! ¡Y ay de mí, he de temblar, sólo queda la insania, maldición a mí! ¡Oh, si pudiera yo poner fin deprisa con las propias manos a este martirizante existir! Malwina ¡Oh, amado, yo te conjuro, no ahogues el ánimo alegre! ¡Aún vive un Dios, Él puede oírnos, si Él quiere, todo acabará bien! Con confianza infantil fundemos nuestras esperanzas en su auxilio de Padre. Aubry Apremia el tiempo, Malwina, deja advertirte. Oh, deténte sólo hasta que nazca el día: astuto es, y grande, el poder del Infierno, con magia negra sabe él tender sus redes. Malwina ¿Qué hablas? ¿Qué tuviera yo que temer? ¡Sólo temo la estricta orden de mi padre! Frente a todo lo que amenace con perderme, me preservará mi corazón, mi puro juicio! ¡A quien lleva el temor de Dios en el corazón piadoso, ante él ha de ceder el oscuro poder del Infierno, ninguna magia negra podrá jamás alcanzarle! Aubry ¡Sé saludada, tú, bella luz del Cielo, que rompes esplendente a través de la noche de la duda! Con sonoro júbilo, como de esferas luminosas, me grita de alegría con mil coros de ángeles. Ambos ¡A quien lleva el temor de Dios en el corazón piadoso, le protege el puro amor en el fiel seno. ¡Ante él ha de ceder el oscuro poder del Infierno! ¡Ninguna magia negra podrá jamás alcanzarle! (abrazo) Nº 20. Finale (Entran Davenaut y los invitados) Coro de los invitados ¡Flores y capullos en el céfiro acariciante, adorablemente abiertos hacia el lisonjero Oeste, flor de las Tierras Altas, tú, rosa Davenaut, te entretejemos para la fiesta de hoy! Davenaut Vosotros, amigos, venid, comenzad la fiesta de bodas. Con juicio alegre y jovial alegría. ¡Mi única niña, cara al corazón de su padre, la caso hoy con el noble esposo! Malwina Hágase tu voluntad, Señor en el Cielo, con humildad creyente yo me someto; ¡oh, hazme ver una señal de tu Clemencia, yo soy criatura tuya, apiádate de mí! Aubry Ya bajó del Cielo un ángel consolador, con el rosado brillo del ocaso de la bella esperanza. ¡Pero deprisa vuelve a estremecerme frío horror, riendo burlón se precipita sobre mí el Infierno! Coro Sí, amigos, vamos, comenzad la fiesta de bodas. Con juicio alegre y jovial alegría. ¡Su única niña, cara al corazón de su padre, la casa él hoy con el noble esposo! Cantad alto y exultad alegres, que suene por todo el país: ¡salve a la casa Davenaut; salve a todo aquel emparentado con ella! ¡Salve! ¡Salve! (lord Ruthven entra deprisa) Malwina ¡Todopoderoso! Aubry ¡Ay, espantoso! Coro ¡Ah, bienvenido! Davenaut ¡Ah, bienvenido! Ruthven (a Davenaut) Sir, no puedo disculparme, porque me demorara en mi obligación. Pero si he aplazado mi felicidad, quisiera alabar mi falta, ensalzar aún mi infortunio, si también se enojó la mirada de "milady" ante el negligente novio, que tan tarde vino a la boda. Davenaut ¡Ahorrad las palabras, querido hijo, todo está ya dispuesto! Vamos, pues, a la capilla; allí, en el lugar sagrado, con la piadosa bendición del sacerdote, pondré su mano en la vuestra! Malwina ¡Ay, padre mío, ten compasión! Davenaut ¡Vamos, amigos, vamos. ¡Con canto jovial acompañad nuestra marcha de bodas! Aubry ¡Rígida y sin vida está ella allí! ¡Oh, Dios, cómo acabará esto! Malwina ¡Ay de mí! ¡Ay, ay de mí, pobre! ¡Padre mío! Ruthven (aparte) ¡Ah! ¡Triunfo! ¡La meta está cerca! ¡Ella está en mis manos! ¡Triunfo! ¡La meta está cerca! (el cortejo se pone en marcha) Coro Quiera el futuro los destinos más alegres, igual a rosas, esparcírtelos en el camino de tu vida: flor de las Tierras Altas, tú, Rosa Davenaut, como hoy florecemos nosotros… Aubry ¡Deteneos! ¡No, jamás debe ser ella tu víctima! Coro ¡Ah! ¿Qué es esto? ¡Qué extraño comportamiento! Davenaut ¡Necio muchacho! ¡Márchate rápido de aquí! ¡Insensato! ¡Afuera contigo! ¡Atrás! Demasiado lejos te arrastra la pasión culpable. Aubry ¡Ah, jamás! ¡Apremia el instante! (abraza a Malwina) ¡Siento en mí valor y fuerza, quiero y tengo que salvar a la ardientemente amada! Davenaut ¡Ah, poned al rabioso en cadenas! Coro ¡Ah! ¿Qué es esto? ¡Qué extraño comportamiento! Aubry ¡Firme quiero cogerla y abrazarla, y sólo dejarla con mi vida! Davenaut ¡Afuera con él! ¡Separadlos, ha perdido el juicio! Aubry ¡Ah, jamás! ¡Ay, tened piedad! Padre engañado, ay, no sabéis lo que hacéis; ¡vuestra niña, perdida aún antes de que amanezca, si la destináis a novia de este monstruo! Davenaut ¡Cómo, furioso! ¿Te atreves a injuriar al hombre que tu Señor ha elegido como yerno? ¡Ah, teme la furia de mi cólera! Ruthven ¡El tiempo pasa! ¡Se hará demasiado tarde! ¡El horror agita mis miembros! Malwina ¡El valor y la confianza me abandonan, Padre en el cielo, apiádate de mí! Coro ¡Cómo el asunto cambia, ay, esto no tomará buen final, lo que oigo, lo que veo, me indica la proximidad del infortunio! Aubry ¡Ah, no confiéis en el malvado! ¡Ved el depravado semblante! ¡Sus ojos lanzan llamas infernales! ¡Ya está ávido de la sangre de ella! ¡No la volveréis a ver jamás, jamás! Coro ¡Ay! ¿Qué fue esto? ¡Qué extraño comportamiento! Ruthven ¡La llama del amor sin esperanza brama en él con salvaje furor! ¡Ah, encadenad su arrebato! ¡Vosotros oís como la locura habla a través de él! Davenaut ¡Sí, encadenad su arrebato, se oye hablar la locura a través de él! Afuera con él, ha perdido el juicio. Ruthven ¡Sí, afuera con él, ha perdido el juicio! Coro ¡Ah, encadenad su arrebato! ¡Se oye hablar la locura a través de él! ¡Afuera con él, ha perdido el juicio! Aubry (fuera de sí) ¡Malwina, óyeme! ¡Te lo juro en las angustias mortales! ¡La perdición te amenaza esta noche! Oh, no titubees sólo hasta que nazca el día, oh, no titubees sólo… (Criados arrastran a Aubry. Los restantes permanecen en
escena. Después, se oirá la voz de Aubry) Davenaut ¡Afuera! Ruthven ¡El tiempo pasa! ¡Se hará demasiado tarde! ¡El horror agita mis miembros! Malwina ¡El valor y la confianza me abandonan, Padre en el cielo, apiádate de mí! Aubry (fuera) ¡Malwina! ¡Malwina!… Coro ¡Cómo el asunto cambia, ay, esto no tomará buen final! ¡Lo que oigo, lo que veo, me indica la proximidad Ruthven (a Davenaut) El tiempo pasa. Se hará demasiado tarde. Pongamos deprisa manos a la obra. Davenaut Vosotros, amigos, vamos, con canto jovial acompañad nuestra marcha de bodas. Malwina ¡Padre, ay, padre! ¡Déjate conjurar con llantos! ¡Padre, ay, padre! ¡ten compasión de mí, pobre! Siento desaparecer mis fuerzas. ¡Oh, concédeme tiempo, el día se acaba ya! ¡Ay, déjanos aguardar a mañana! Coro ¡Oh, concédela tiempo, el día se acaba ya! ¿Por qué tal apresurarse? Ruthven ¡Me apremia el tiempo! Davenaut Decid, ¿puede ser? Ruthven ¿Sabéis a lo que obliga el deber! Davenaut Lo consiento gustoso. Ruthven ¡No puedo demorarme más! Davenaut Sir, dejadnos esperar hasta mañana. Ruthven ¡No! ¡Jamás! ¡No debe ni puede ser! Me disteis vuestra palabra, ¿queréis romperla deshonrosamente? Davenaut (vehemente) ¡Ah! ¿Quién se atreve a hablar así conmigo? Ruthven ¿Queréis romperla deshonrosamente? Davenaut Ah, ¿quién se atreve a hablar así conmigo? ¡Vamos! ¡Vamos, pues, a la boda! Malwina ¡No, jamás! Davenaut ¡Vamos, a la boda! Malwina ¡No consentiré nunca! ¡Ah, no amor, sólo horror siento por este hombre! Davenaut ¡Ah! ¿Te atreves a oponerte? ¡Ah! ¡Degenerada! ¡Pues bien! ¡Así alcáncete… la maldición de tu padre! Malwina y Coro ¡Dolor! Coro ¿Qué ha sucedido? Davenaut (con repugnancia) ¡Vamos! ¡Comenzad el cortejo nupcial! Coro ¡Como después del funesto bramar de la tormenta, sonríe la alegría con mirada jovial, flor de las Tierras Altas, tú, Rosa Davenaut, tórnese cada peligro para ti en felicidad! Aubry (como antes) ¡En vano reprimís el vigor de mi locura, he de ir adentro! Quiero destruir la obra de este demonio. Ruthven ¡Ha de impedírsele la entrada! Aubry (corre adentro) ¡Deteneos! Ruthven ¡Estoy perdido! ¡Ay de mí! Aubry Sabed, este monstruo de la naturaleza… Ruthven ¡Aubry! ¡Piensa en tu juramento! ¡La perdición te amenaza! Coro ¡Dolor! Ruthven ¡No vacilaré ante la cólera del Eterno!… ¡Lo gritaré alto con voz de trueno! Ruthven ¡La perdición te amenaza! Coro Ay, ¿qué oiré? Aubry Este monstruo, aquí… Ruthven La aniquilación me corre por los miembros. ¡El rayo de Dios me derribará! ¡Ay de mí! Aubry (con gran fuerza) ¡Este monstruo, aquí,… es un vampiro! Todos (con una exclamación de espanto) ¡Ay! (Un rayo aniquila a Ruthven. Todos caen por tierra,
aturdidos.) Coro ¡Ah! ¿Qué fue esto? ¿Qué ha ocurrido aquí? Davenaut ¡Dios, niña mía, que desdicha te amenazaba! Malwina ¡A quien lleva el temor de Dios en el corazón piadoso, ninguna magia negra podrá jamás alcanzarlo! Aubry, Malwina, Coro ¡A quien lleva el temor de Dios en el corazón piadoso, le protege el puro amor en el fiel seno, ante él ha de ceder el oscuro poder del Infierno, ninguna magia negra podrá jamás alcanzarlo! Davenaut ¡He perdido mis derechos de padre! Amada hija, ¿podrás perdonarme? ¡Para que yo pudiera ganarlos de nuevo, con cálida bendición paterna quiero poner esta mano en la tuya! (a Aubry) ¡Tú debes ser mi hijo y el heredero de mi nombre! (une a los enamorados) Malwina Hondo en lo más íntimo del alma, siento yo agradecida tu bondad. Padre, no tengo palabras. Aubry ¿Puedo creerlo? ¿Puedo esperarlo? ¡Ay, veo el Cielo abierto! ¡No soportaré esta delicia! Coro Magnificente, desde el seno de la perdición, floreció para vosotros el más bello destino. Se eleva desde la sombría noche, con esplendor de rayos, el día. ¡Loor y gracias sean dados al Eterno! ¡Por Él resuene nuestro canto de alabanza!
FIN |
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